Una noche

Su tierna carne de cintura
fue probada por mis labios
saboríe su ardiente entrepierna
y toque sus santidades.

Mi lengua arrasó su piel
desde los pies hasta los pechos
tan perfectos y coquetos
incluso hasta que su sencillos ojos me deseaban.

Animales sedientos en placer
desnudos ahogandosé en el deseo
y grita mi nombre
y yo invoco a su dios.

Que dulce pasatiempo esté
hasta que el cansancio nos detenga
explotando mi instinto animal
consumiendo sus labios.

Hasta que explotó y el deseo se hace mayor
ahogó sus pechos con mis manos
lúbrico con mi saliva su cuello
y la conplasco con honores.

Mi animal de instintos nacé
y no logro detenerme
pero el cuerpo me traiciona
la intimidez llegá a su fin.

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