Desde Playa Ancha

Las escaleras infinitas y humildes
envuelven este cerro trágico, bello,
espontáneo, curioso , crudo y simpático.
Con angostos pasajes llenos de memoria
y las calles curvas que reflejan
el destino del hombre y la mujer.

Ese viento frío que recoje
las almas de día y noche,
los magníficos murales
que convierten este mundo
en una obra de arte.
Acá donde también se respira
barras bravas y estadio,
donde se juegan la vida
los vagabundos y perros.

El camino empinado y eterno
de un pedazo de este universo-
de este viejo puerto-
bohemio, bizarro , triste
pero bello y poético.
Desde aquí se ven las estrellas
del cielo oscuro
y las estrellas de la ciudad
a veces más oscura que la noche.

Acá donde el mar es lejano
pero al mismo tiempo compañero.
Aquí desde el olvido, escaleras y miradores,
me convierto en porteño,
en ese regalon terco y tenaz,
picaron y choro.
Acá en la cima del puerto,
desde aquí en Playa Ancha
crecemos y soñamos,
vivimos y lloramos.

Aquí en un pedazo más
de este puerto único y mágico.

No hay comentarios: