Jamás pensé que sería testigo
de las lágrimas incesantes
de mis hermanos y hermanas.
Nunca quise ver como la tele
mostraba los escombros,
las penas y la desesperación.
Jamás pense que sería testigo
de los rostros muertos
de tantos desconocidos cercanos.
Nunca quize escuchar por la radio
los llantos y las voces nostagicas
de tantos que perdieron todo.
Jamás crei que mi país se hundiria
por nuestra propia tierra
y mucho menos nuestro propio mar.
Nunca soñe con ver nuevamente
la sangre hermana
por las calles de la ciudad.
Jamás crei que mi querida patria
fuera victima de cosas inevitables
y tan injustas.
Nunca soñe con ver con mis ojos
como se derrumba pedazo a pedazo
los sueños de los niños.
Jamás crei que realmente
tendría que rezarle a Dios
por una pequeña oportunidad.
Nunca pense que realmente
tendre que vender mi alma
para no ver sufrir a mi pueblo.
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