El último grito Inca

Siente ese calor mítico

de las tierras del sol,

desde donde cruzo nuestra sangre

y la deshonrosa esclavitud.

Mira como caen las nubes

sobre la cordillera imponente

trayendo los pedazos escondidos

del oro puro de nuestro pueblo.


Escucha nuestro desdichado llanto

mientras imploramos al Inti

que se lleve al extranjero sediento

de lo que no conocemos

y los entierre bajo la oscura penumbra

del olvido en la boca del mar.


Siente ese aire desolado del altiplano,

del alma y el cielo.

Desde donde se ahogan los gritos

violados por la pólvora y la espada.

Mira como fallecen las estrellas

sobre el rostro de la luna,

trayendo la lluvia esplendorosa

de nuestro dolor.


Escúchanos implorar en quechua

Y ser latigazos en castellano,

Imploramos a Wiracocha.

que derrumbe a esas bestias

sin respeto ni cultura.

condenarlos al fuego eterno

del viaje sin retorno.


Sientan este suelo divino

asesinado por lo humano y lo inhumano.

Miren atentamente como la sequía

se engulle los caminos

que nos llevan a Cuzco

y al templo del sol.


Escucha, nuestro lamento final

Pues Catequil no nos advirtió de nuestra muerte.

Pero antes que caiga el fin

Que Huari nos dé el último aliento,

El hacha y mazo

y nos deje hundir la cabeza del español

en las tinieblas y la perdición.


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